lunes, 8 de agosto de 2011

Frente a la mentira y demagogia K, la verdad de los docentes universitarios: Lo conquistado fue con nuestra lucha

Con motivo del 25 aniversario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la patronal universitaria, el gobierno nacional y en particular la Presidenta quisieron realizar en un solo acto una expropiación de la lucha docente estudiantil por el salario y el presupuesto universitarios.

La Presidenta afirmó que “el incremento del salario del personal académico ha sido en estos ocho años del 525%” y que “si lo hubiéramos prometido en el 2003, nos hubieran tildado de mentirosos y demagógicos”.

Los docentes universitarios sabemos que las recomposiciones salariales recibidas no han sido obra y gracia de la dádiva oficial. Desde 1998 hasta 2005 no percibimos ninguna recomposición salarial sino una fragmentación salarial creciente, un cúmulo de pequeñas sumas fijas en negro y una caída abrupta de la participación del presupuesto en el PBI que nos había llevado a niveles inferiores al gasto que realizaba Guatemala. Un Ayudante de primera recibía de bolsillo un salario “conformado” de $70 (sí, setenta pesos)

Este estado de cosas que se complementaba (y complementa) con el literal derrumbe edilicio generaba la creciente rebelión y organización de docentes y estudiantes

Así en esta lucha es que se recuperaron centros y federaciones universitarias, como la FUBA, y se crearon nuevos sindicatos docentes dispuestos a enfrentar esta situación. La fundación de la AGD-UBA y la posterior de la CONADU Histórica son una parte fundamental de este período preparatorio.

En agosto de 2004 la situación no daba para más. El gobierno, que según el relato actual vino a salvar la Universidad y sobre todo el salario docente, impuso por decreto y, con el apoyo de las burocracias sindicales (CONADU y Fedun), “otorga” $50 (sí, cincuenta pesos) de incremento salarial. Lo hace en un gran acto en la Casa Rosada. Eran los momentos de Filmus como Ministro de Educación.

La respuesta docente no se hizo esperar y se realizó el primer paro masivo de la docencia, cualquiera fuera su organización gremial, contra la política del gobierno K para el sector. Esta primera señal fue el toque de llamada para que se masifique el reclamo para terminar con el salario en negro, recuperar el nomenclador de cargos y dedicaciones y obtener el reconocimiento salarial para los ad honorem.

La escandalosa falta de recursos para cubrir los “gastos de funcionamiento” hizo que los estudiantes no sólo se solidaricen con la lucha docente sino que la tomen como propia exigiendo la triplicación del presupuesto universitario.

En el primer cuatrimestre de 2005 y ante el ascenso del movimiento, se conquistó una Mesa de negociación salarial para el sector de la docencia universitaria. Esta primera “paritaria restringida” (no se pueden discutir allí las condiciones de trabajo) fracasó abruptamente.

Las legítimas representaciones de los trabajadores rechazamos la miserable “oferta” gubernamental que volvía a otorgar unilateralmente sumas en negro. Sólo el final del cuatrimestre evitó un conflicto mayor, ya que las medidas de fuerza adoptadas contaron con una masiva adhesión

Al iniciarse el segundo cuatrimestre, los docentes exigimos “la inmediata reapertura” de las negociaciones salariales y terminar con el salario en negro. La negativa cerrada del gobierno al blanqueo salarial desata la huelga general que se desarrolló a lo largo de seis semanas. Durante ese lapso, el gobierno y el CIN una y otra vez se negaron a acceder a las reivindicaciones

Durantes esas seis semanas se realizaron innumerables asambleas en los lugares de trabajo con la participación de decenas de miles de docentes, investigadores y creadores universitarios. En las calles se movilizaron cientos de miles de estudiantes, docentes, padres y sectores populares que tomaron nuestra lucha como propia en defensa de la universidad publica estatal y gratuita.

Este fue el movimiento más masivo desde la huelga general de 1987, durante el gobierno de Alfonsín, cuando conquistáramos la media canasta para el cargo testigo y el nomenclador.

Ante tal movimiento el gobierno y el CIN retrocedieron y los docentes con nuestra lucha dimos un mazazo a la política de los 90 de salarios en negro, el desconocimiento del nomenclador y el sideral incremento de los ad honorem conquistando 3000 rentas para aquellos trabajadores que pagan por dar clases o investigar.

Es así que entre 2005 y 2007 en que se efectivizó el blanqueo de los salarios tuvimos un incremento del salario real.

Pero, desde ese momento y basándose en una política de techos salariales y en las cooptación de las burocracias sindicales (CONADU, CTERA, Fedun, UDA), sean de la CTA -ahora ala Yasky- o la CGT, nuestra recomposición salarial se estancó y a duras penas acompaña la inflación. Tal es así que para alcanzar la media canasta para el cargo testigo, que conquistáramos en 1987, debiéramos arrancar un incremento del 70% por sobre el salario actual.

El derrumbe edilicio, las carencias de laboratorios y bibliotecas, los cursos de 150 alumnos son la palmaria demostración de las penurias presupuestarias. El gobierno de las camarillas profesorales contra el claustro único docentes, la vigencia de la Ley de Educación Superior Menemista y las acreditaciones de la Coneau implican la continuidad hasta normativa de las políticas noventistas.

El crecimiento nominal del presupuesto y los salarios son producto de nuestra lucha. Considerar como logros propios del gobierno “los incrementos salariales” es obrar como “mentirosos y demagógicos” mal que le pese a la Sra. Presidenta.

Por ello continuamos la lucha por un convenio colectivo de trabajo – del que carecemos los docentes universitarios nacionales-, la triplicación del presupuesto, el salario para los ad honorem y por la media canasta familiar para el cargo testigo.


Antonio Rosselló

Agrupación Nacional Naranja de Docentes Universitarios